El alquimista salvaje
Oh, alquimista,
el sendero obstruiste
ajeno;
nos dejas fría cadencia
de umbríos destellos;
niebla y génesis que
apuntalas en trombas,
en destino de veleros…
Oh, alquimista,
eres el anuncio de
extraños tiempos,
de explosiones curvas
que darán otro tono al cielo;
nada de gris fervor,
pero sí amarillo
siniestro…
Oh, alquimista,
eres mundo de caminos
antiguos,
donde todo objeto queda
vacío,
un mundo de solo
óxido,
donde el céfiro es solo
enemigo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario