Para cuando te
acuestes con ella…
Los espíritus de esta
noche,
enmarañados:
los huesos que
quiebras
desde mis poros y
médula,
los que en bordes de
trémulas nubes incendias,
y que, aun así, helados
mantienes
bajo enigma y sospecha…
Los espíritus de esta
noche,
enmarañados:
mi corazón que
castigas de niebla
desde estelas sin
cometas;
la caída que para mi
piel y ritmo tientas,
un momento preparado
para cuando el sueño
sea sentencia…
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