domingo, 2 de marzo de 2014

Gracias Daguia...

Para cuando te acuestes con ella…
Los espíritus de esta noche,
enmarañados:
los huesos que quiebras
desde mis poros y médula,
los que en bordes de trémulas nubes incendias,
y que, aun así, helados mantienes
bajo enigma y sospecha…
Los espíritus de esta noche,
enmarañados:
mi corazón que castigas de niebla
desde estelas sin cometas;
la caída que para mi piel y ritmo tientas,
un momento preparado

para cuando el sueño sea sentencia…

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