De fuego y hielo
Y el ángel en fuegos
caído,
en quién pensará su transparente
serpentina,
desde el firmamento
apagado
y serena muerte
bruñida:
todo lo que tu rostro
ha quemado
y es al tacto es
calamina,
música que, de tus bordes,
toda destrucción santifica…
Y el ángel en nieves
caído,
con quién soñará
tras los hielos de
sus plumas torcidas,
tras el óxido de tus labios
remendados
y los secretos que tu
vaho encamina:
oro y natura que germinan
en mí
destrucción que cada
uno de tus pasos significa…