Los dioses
transfigurados
Sigo el trazo de los
relámpagos,
el acaecer de los
dioses transfigurados;
la tensa silueta que
en su caída
destilan sus verbos
topacio…
Y así las noches y días
se hacen cada vez más
largos:
cada objeto es un
abismo,
nada es anunciado;
ni el alma, ni los
cuerpos,
nada que sea buscado;
salvo la tormenta que
convocan en mi jardín
los dioses
transfigurados…
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