De tentaciones, de
ángeles…
En el reflejo de tu
armadura,
en el tañido de tu
arpa,
golpeas cierto
sentido,
los márgenes del
horror cotidiano, laxo…
Por un momento,
dejas tus alas de
lado,
cambias las
posiciones,
los límites de
aquello por Dios dado,
los ángulos con que
los astros
nos conducen a los
precipicios hipnotizados…
Por el momento,
no tengo nombres para
tus milagros,
para la pendiente que
insinúas en mi corazón magullado,
solo el dulce sentido
de tus plumas,
de tu tacto a mí encadenado…