martes, 27 de agosto de 2013

Nada...

La ausencia ardiente
Oh, si acaso los nombres del abismo son los míos,
del fuego que inicia en los cirios;
del espejo que empaño demente
en las heridas de antaño…
Oh, si acaso los años que cantan en demasía sus penas,
las tierras rojizas y todas sus arpas de arcilla,
son ígneos icebergs que tejen efímera
el alma anonadada…
Oh, si acaso mi exquisito corazón
despierta hambriento de tórrida Nada,
de carnívoras lunas que el cielo tiñen de ámbar,
de alguna muerte que mi cuerpo satisfaga…
Oh, si acaso son los verbos cálidos vacíos,
colores perdidos en la curtida sapiencia
de objetos que burlan las serenas arremetidas

de un ardiente dios ausente…



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