Una salida fácil
Si la muerte, difusa,
iniciara sus trazos en la bruma,
salvaje,
dueña de todas las
rutas,
y en el corazón pusiera
un punto frio,
un eje violento,
vespertino…
Si fuera su amarillo
una secuela de tu ámbar,
un presagio de los
sentidos,
de la brisa que
deviene en vértigo
al rozar tus cabellos
mi cuello,
al ser las texturas
pérdidas
de todo lo terreno…
¿No sería todo más
sencillo:
un esperar nada más
lo preescrito,
encallar todas las
naves sin haber vivido?
Pero aquel camino, no
me ha sido concedido:
he de seguir tu aroma
como sigue el dolor
al olvido…
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