Ajeno
Nombro los cursos que
trazo en el aire,
desapegado,
y todo aquello que
canto,
sin tener un recuerdo,
siquiera un lazo:
Amor que se fue
danzando a través de
sordos ríos dorados,
que nada dejó en mí,
salvo el tenso
sendero
de aquel que sueña
con ningún lado…
¿Fue tu nombre un
nexo,
la poesía que dejan
los ángeles en mi regazo?
¿O tan solo un mar de
cóncavos huesos,
tinta que solo mancha
mis manos?
Lo dirán el mañana y la
tumba que espera cimbreando…
No hay comentarios:
Publicar un comentario