En su reino
Desde la torre más
alta, he descendido a la Tierra:
persigo la belleza sobre
aguas nada claras;
su reino
incandescente y salino,
estructuras y estaciones
agrias;
noche pálida sobre la
espalda cargada
y siempre llevada a
rastras;
universo que es minotauro,
pegaso
y negro caudal de
palabras…
Es tal reino Juego Dominó
que cae,
dorando pendientes y flancos,
todo aquello que del
mundo
es ébano y alabastro;
un sueño que en mí irradia
e inventa otro:
el más desaforado de
los besos desolados,
aquel trueno sigiloso
que tropieza
y juega siempre en
tus labios…
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