domingo, 25 de mayo de 2014

EN CAMINO A DAMASCO
Damasco, ambrosía,
arte de un dios que devora
todas tus aristas…
Así, luz de sueño que extraño
y hace eterna,
árida mi vigilia;
fuego que diluye glauco
todo concepto,
este desierto amatista:
cielo que cambia de ritmo,
sembrado de cactus

y  enervantes poesías...

No hay comentarios:

Publicar un comentario