sábado, 8 de febrero de 2014

“Hay cosas que son conocidas y cosas que son desconocidas; entre ellas están las puertas” (William Blake)

La muerte vespertina
De atlánticas caídas
y mercurio en las venas,
es la muerte vespertina,
como agreste territorio decimal
su hecatombe apenas dicha…
De espacios eléctricos
sus labios de oro,
y los objetos a sus ojos, pura fantasía:
al margen de horizontes y líneas,
la añoranza de cierta sencillez
en la poesía fatídica…
Y, oh, su golpe en mi cráneo,
un número necesario
en la palabra a galope, entredicha:
los miembros y puertos
que acaban de niebla y ceniza;
y ante la navaja, el lavabo y el espejo,
su reino en demasía…

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