Reality
Nadie a quien dedicarle canciones.
Nadie a quien escribirle poemas.
Vivo de historias invisibles,
arrítmicas e inconexas,
estelas que impregnan la noche
de turbulentas luciérnagas.
Vivo de aromas, ¡ah, los aromas!,
crines de solitarios pegasos,
pétalos a los cielos traicioneros:
siempre el vértigo en el rocío,
el recuerdo distante
de tu recóndito abismo...
Sepa Dios que mi corazón estalla
ante las evidencias,
ante los nuevos espejismos...
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