EL PRIMER CRISANTEMO
Oh, amanecer en crisantemos,
y este imbécil corazón,
que crece como tumor de terciopelo 1;
y todo que añora perdido,
prófugo durante el sueño:
el precipicio que
significa la línea en las palmas,
el primitivo sentido
bermejo…
Oh, amanecer en
crisantemos,
todo es en instante
castillos,
fantasía al otro lado
del espejo;
el universo que surge
extasiado, tanto fatídico como extenso:
tú que llegas con los
astros,
yo que caigo
despierto de nuevo…
1 (J.E. Eielson)
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