sábado, 5 de abril de 2014

de aciagos dias...

Cuando escucho tus pasos…
Tu andar inmenso,
de solsticio en la penumbra,
arrastrando consigo mi sombra,
sus dioses sarmentosos
y las líneas en mis palmas…
Tu andar ominoso
de maleficios y equinoccios,
donde empieza el reino y mi aliento termina
en la espera inicua
del hierro…
Y así su ritmo,
todas sus vocales:
en mi lengua la rabia
y en mi corazón,

alquimia y quiromancia…

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