Réquiem
Si
el canto ha de morir a medianoche,
en esquinas
certeras, baldías,
en
este corazón que tu susurro de alabastro asesina…
Si
la niebla ha de regir mis manos,
en
tempos de agria melodía y dioses temblando,
de tus
labios donde el fin es adagio anunciado…
Si
todo es de una canción el cadalso,
mi
deseo, mi sangre,
los
cirios que enciendo órficos a tu paso…
Pues
será nuestra partitura calmo incendio,
un
universo que llega a término solo
y en
puro silencio…
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